Hola a tod@s,
Sí, continuo peleándome con mi proveedor de Internet (peleándome siempre con arma blanda) Es por este incidente que la información está llegando con cuenta gotas al blog. Así que hoy os escribo desde la pequeña pero acogedora biblioteca de Can Sumarro acompañado por una jovencita estudiante que tengo sentada delante de mí.
El titulo de este post es significativo y hace referencia a un hecho que ocurrió el pasado jueves en el abierto. (si me dejara mi proveedor podría haber subido ya el programa al blog). Con motivo de unos talleres sobre pedagogía alimenticia, para los estudiantes de primaria de L’Hospitalet, que está promoviendo GREMICARN., Realizamos una entrevistan a uno de los monitores de estos talleres.
Sabíamos que en la entrevista se iba a salir la palabra bocadillo con mucha frecuencia ya que el taller trata exactamente sobre eso: “Crea 7 esmorzars divertits i saludables”.
Lo que desconocíamos yo y todo el equipo del abierto es que fruto de los nervios, nuestro invitado, fruto de los nervios, iba a lanzar en una frase de 10 palabras, seis bocadillos.
Irremediablemente, pedí por favor al Rafa (Técnico del abierto) que me cortara el micro. Justamente cuando me lo corto todo el equipo explotamos en una contagiosa carcajada que me puso muy difícil la realización de la entrevista. A cada pregunta que yo le hacía (con una voz visiblemente afectada por repetitivo ataque de risa) seguí un corte de la señal de mi micrófono y todo el estudio nos fundíamos en una sonora risa.
Puede calmar mis convulsiones y acabar la entrevista con “cierta” decencia. Aunque se que no leerá este post, quiero aprovechar para pedir disculpas a nuestro invitado (que no se enteró de nada porque estaba muy nervioso y porque la entrevista se realizó por teléfono) por no haberle tratado como debiera. No por las risas, que es un acto reflejo, sino por no permanecer atento a lo que explicaba. Pero si os soi sincero, en aquel momento sólo rezaba por poder pronunciar la siguiente pregunta sin desvelar en directo mi situación.
He de decir que Carlos Villarrubia no fue una ayuda en ese momento porque él era una de las personas del equipo que mejor se lo pasaron con esa embarazosa situación para mí. Espero pronto poder colgaros una muestra de la entrevista.
Un abrazo!
Sí, continuo peleándome con mi proveedor de Internet (peleándome siempre con arma blanda) Es por este incidente que la información está llegando con cuenta gotas al blog. Así que hoy os escribo desde la pequeña pero acogedora biblioteca de Can Sumarro acompañado por una jovencita estudiante que tengo sentada delante de mí.
El titulo de este post es significativo y hace referencia a un hecho que ocurrió el pasado jueves en el abierto. (si me dejara mi proveedor podría haber subido ya el programa al blog). Con motivo de unos talleres sobre pedagogía alimenticia, para los estudiantes de primaria de L’Hospitalet, que está promoviendo GREMICARN., Realizamos una entrevistan a uno de los monitores de estos talleres.
Sabíamos que en la entrevista se iba a salir la palabra bocadillo con mucha frecuencia ya que el taller trata exactamente sobre eso: “Crea 7 esmorzars divertits i saludables”.
Lo que desconocíamos yo y todo el equipo del abierto es que fruto de los nervios, nuestro invitado, fruto de los nervios, iba a lanzar en una frase de 10 palabras, seis bocadillos.
Irremediablemente, pedí por favor al Rafa (Técnico del abierto) que me cortara el micro. Justamente cuando me lo corto todo el equipo explotamos en una contagiosa carcajada que me puso muy difícil la realización de la entrevista. A cada pregunta que yo le hacía (con una voz visiblemente afectada por repetitivo ataque de risa) seguí un corte de la señal de mi micrófono y todo el estudio nos fundíamos en una sonora risa.
Puede calmar mis convulsiones y acabar la entrevista con “cierta” decencia. Aunque se que no leerá este post, quiero aprovechar para pedir disculpas a nuestro invitado (que no se enteró de nada porque estaba muy nervioso y porque la entrevista se realizó por teléfono) por no haberle tratado como debiera. No por las risas, que es un acto reflejo, sino por no permanecer atento a lo que explicaba. Pero si os soi sincero, en aquel momento sólo rezaba por poder pronunciar la siguiente pregunta sin desvelar en directo mi situación.
He de decir que Carlos Villarrubia no fue una ayuda en ese momento porque él era una de las personas del equipo que mejor se lo pasaron con esa embarazosa situación para mí. Espero pronto poder colgaros una muestra de la entrevista.
Un abrazo!